domingo, 25 de diciembre de 2011

Casco protector


TRAUMA Y MUERTE EN URUGUAY 2004-2005 
Consideraciones en un invierno previo a un próximo verano
 
Todos los veranos, con climática precisión, se activan las consideraciones sobre los accidentes de tránsito en Uruguay.

Todos los veranos, vuelve a decirse lo mismo, también con climática reiteración.

Se reitera lo que hace mucho tiempo se conoce: el peso que el trauma tiene en la mortalidad de los uruguayos menores de 35 años (1-34), en los cuales es la primera causa de muerte y la enorme contribución que hace a los Años de vida potencial perdidos, mayor que la de los otros grupos de enfermedades.

Los estudios sobre esta plaga, por lo menos desde 1982, lo muestran de manera implacable.

Al respecto nos permitimos recomendar el análisis del libro "Trauma en Uruguay, una propuesta de solución. 1995" (que se puede obtener en http://www.smu.org.uy/publicaciones/libros/trauma.pdf), que, si bien tiene casi 10 años, mantiene, sustancialmente, su actualidad. Nada ha mejorado e incluso la situación ha empeorado. Allí, entre otras cosas, se muestra que el problema no es sólo veraniego, sino que existe y castiga insidiosamente durante todo el año.

Múltiples recomendaciones, internacionales y nacionales, no se llevan a la práctica, como si hubiera una casi específica falta de voluntad política.

Se sigue condenando a muerte, a sufrimiento, a incapacidad residual, a un sustancial número de nuestra población joven, y se carga al asistemático sistema de salud uruguayo con un costo de centenares de millones de dólares
anuales.

Se incurre en omisión por parte de quienes deben y pueden adoptar las decisiones.

Véase, por ejemplo, que no existe una disposición de vigencia nacional que establezca la obligatoriedad del uso del casco protector por parte de los usuarios de bi-rodados. Solamente rige esta obligatoriedad en 3 intendencias: Montevideo, Maldonado y Rivera, por decisiones departamentales.

Y, peor aún, hay una contundente demostración de lo que el casco protector puede obtener en materia de abatimiento de lesiones y muertes, a nivel internacional y nacional.

Hace más de 30 años se objetivó en Kansas, EE.UU., el abatimiento de muertes que pudo lograr el uso del casco protector, y el incremento de muertes que apareció luego de abandonada su obligatoriedad, como se muestra en una de las gráficas que se ven abajo.

Y para confirmación, casi 40 años después, está la experiencia de un departamento del Uruguay, que se superpone a aquélla extranjera.

Esta información se conoció a través de la difusión que hizo/hace la Asociación Médica de Paysandú, de un estudio sobre las muertes por trauma encéfalo craneano (TEC) por accidentes de tránsito en Paysandú, de los cuales el 80% lo fue por motocicleta, ocurridas en 2 Unidades de Terapia Intensiva, la del Hospital Escuela del Litoral y la de COMEPA (Cooperativa Médica de Paysandú).

Si bien el estudio no ha sido publicado, fue difundido a través de múltiples conferencias en Paysandú y en el litoral uruguayo, así como en el argentino, en la ciudad de Colón. También fue mostrado en los liceos de Paysandú y Mercedes.

El estudio fue realizado por los Dres. W. Lanterna y A. Rocha.


La gráfica precedente muestra cómo bajaron las muertes con el uso obligatorio de casco protector en Kansas y en Paysandú, aún separadas por más de 30 años, y cómo aumentaron al suprimirse la obligatoriedad del casco protector, aunque haya sido parcial en Paysandú.

En aquel momento existían 100 000 motos en Kansas y, en los '90, 25 000 en
Paysandú.

La escala logarítmica permite la comparación de cifras tan disímiles.

Las cifras absolutas no son de tanto interés, si lo que se busca es mostrar la similar secuencia de los efectos de las medidas adoptadas.

Esta segunda gráfica muestra en detalle lo ocurrido en Paysandú entre los
años 1985 y 2000.


La obligatoriedad del casco protector produjo un descenso de las muertes de más de 80%.

El promedio de muertes entre 1986 y 1989 fue de 3.5 en cada año. 20 muertos anteriores se redujeron a una media de 3.5 por año.

En 4 años murieron 14 motociclistas; en el año previo habían muerto 20.

* No se dispuso de las cifras completas del año 1990 por haberse perdido documentos del HEL.

En 1991 una nueva intendencia decreta la derogación parcial de la obligatoriedad anterior, que se mantiene solamente para los menores de edad. Desaparece la obligatoriedad del uso de casco para los demás.

Las consecuencias, como se ve, fueron dramáticas.
 
El promedio de muertes entre 1991 y 1995 subió a 16 por año.
 
Entre 1996 y 2000 el promedio aumentó más aún, a 26 por año.
 
Debe notarse que las muertes se produjeron en las Unidades de Terapia Intensiva de ambos centros asistenciales.

Las estadísticas de la Policía de Tránsito hablan de que hubo 8-10 muertos más por año, en pacientes que no llegaron a Terapia Intensiva.

También debe tenerse en cuenta que se produjo un aumento del número de motos en el departamento de Paysandú, que pasaron de 30.000 a más de 50.000. Esto puede haber incrementado el número total de accidentes.

Pero de haberse mantenido similar abatimiento de muertes por el uso del casco protector, las medias hubieran sido de 3 y de 5 muertos por año.

Entre 1991 y 1995 hubo un promedio de 13 muertes evitables por año: más de 60 en el período.

Entre 1996 y 2000 hubo un promedio de 21 muertes evitables por año: más
de 100 en el período.

Más de 160 motociclistas, en los 2 períodos de 5 años, no debieron morir en Paysandú, La Heroica.

¿Cuántos en los restantes 15 departamentos donde no rige la obligatoriedad de uso del casco protector por los motociclistas?

La Asociación Médica de Paysandú, datos y gráficas en mano, gestionó una reunión con el Intendente del departamento. El Intendente explicó que él tenía "compromisos políticos".

Gente había en Paysandú, ignorante y de irresponsable planteo, que demandaba que cesara la obligatoriedad del uso de casco protector por los motociclistas.

En su primera campaña electoral el futuro Intendente prometió que iba a anular la obligatoriedad del casco protector.

Eso le significó 5.000 votos, con los que ganó la elección.

Al parecer la voluntad política no peca sólo por omisión...

El verano inexorablemente volverá. Y apagada la efervescencia política de las elecciones nacionales del que toca este año, volverán a aparecer los fenómenos mediáticos volviendo, una vez más, con climática reiteración, a tocar el tema del problema del trauma en Uruguay y sus consecuencias.

Y cuando se apaguen los calores, el siguiente invierno volverá a permitir evocar lo que ocurrirá el verano siguiente. Y así, Uruguay...

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